Destacan principalmente las ópticas divididas en su frontal. También se han rediseñado los paragolpes o los faros antiniebla y se aplican nuevos diseños en las llantas, que van desde las 16 hasta las 18 pulgadas.
En el interior sigue habiendo una orientación horizontal y una instrumentación sencilla y muy fácil de leer. Se actualiza con nuevos tapizados y guarnecidos, iluminación ambiental y otros detalles menores. Como ya pasaba en su antecesor, la habitabilidad es uno de sus principales puntos fuertes. Cuenta con unas plazas delanteras y traseras destacadas en el segmento y su maletero tiene una capacidad de 590 litros, uno de los más grandes y aprovechables.
El Octavia se puede escoger entre cuatro niveles de acabado. Desde el acabado básico Active es bastante completo e incorpora elementos como el climatizador o control de crucero. Por encima están el Ambition, con llantas de 16 pulgadas o climatizador bizona; y el Style, que suma faros LED o sensores de aparcamiento traseros. El acabado superior es el L&K (Laurin & Klement) que añade tapicería de cuero y Alcántara o techo solar.
La gama de motores del Skoda Octavia es bastante completa y tiene varias opciones en diésel y gasolina. En diésel se pueden elegir el 1.6 TDI de 115 CV y el 2.0 TDI de 150 CV. Por la parte de la gasolina están el 1.0 TSI de 115 CV, el 1.4 TSI de 150 CV y el 1.8 TSI de 180 CV. Todas las mecánicas se pueden escoger con caja de cambios manual o con la transmisión automática DSG. Por encima están las versiones deportivas Octavia RS con el 2.0 TDI de 184 CV o con el 2.0 TSI de 230 CV y Octavia RS 245, que es el tope de gama.