La berlina media recibe una actualización ligera para mejorar el modelo que llevaba a la venta desde 2015. A nivel estético hay pocas modificaciones, que se central en una parrilla delantera al estilo de la del i30 Fastback, paragolpes rediseñados y nuevas llantas de hasta 18 pulgadas. Las dimensiones se mantienen inalteradas, con una longitud de 4,74 metros.
En el interior ocurre lo mismo y tampoco hay cambios de gran calado. Se centran principalmente en la personalización, permitiendo al usuario elegir entre los ambientes Merlot Red y Grey/Black. Se puede elegir tanto con la tapicería de tela como con la opcional de cuero. La instrumentación recibe un ligero rediseño y hay nuevos remates. La habitabilidad, como las dimensiones, permanece sin cambios y el maletero se queda en los 505 litros de capacidad.
En términos de equipamiento hay que decir que la gama comienza con el Link, que se mantiene como un acabado bastante sencillo. Es más interesante el Tecno, que cuenta con más tecnología y con las ayudas a la conducción que aporta el paquete Hyundai SmartSense. Se puede completar con otros elementos como cámara de visión trasera, techo solar, climatizador, detector de peatones o asientos ventilados.
La gama de motores del Hyundai i40 es el apartado que más cambia con la actualización. En diésel se estrena el 1.6 Smartstream CRDi para sustituir al anterior de 1.7 litros. Se puede escoger con 115 o con 136 CV y van ligados al cambio manual de seis velocidades. El más potente también puede llevar la transmisión automática DCT de siete velocidades. En gasolina sigue estando disponible el 1.6 GDI de 132 CV con cambio manual.