Se trata de una actualización del modelo que se vende desde 2015 y que ha cosechado bastante éxito en los mercados europeos. Lo cierto es que se mantiene la estética y la filosofía del SUV compacto y apenas recibe unos cuantos retoques para mantenerse competitivo. Gana unas nuevas ópticas LED tanto delante como detrás, parrilla con listones horizontales o paragolpes rediseñados en el frontal y en la zaga.
En el interior del modelo ocurre algo similar, pues la actualización es ligera y apenas hay modificaciones. La principal novedad es la pantalla táctil de 8 pulgadas desde la que se controla el sistema multimedia. También puede llevar un cargador inalámbrico para smartphones o USB en las plazas traseras. Lo que se mantiene son sus dimensiones y habitabilidad, siendo bastante tanto en las plazas como en el maletero (de 513 litros).
El equipamiento del Hyundai Tucson está estructurado en torno a cuatro acabados. El de acceso es el Essence, que cuenta con llantas de 16 pulgadas, aire acondicionado o sensores de aparcamiento. Le sigue el Klass, que suma llantas de 17 pulgadas, pilotos traseros LED o climatizador bizona. Por encima queda el Tecno, que añade llantas de 18 pulgadas, elementos cromados en el exterior, portón eléctrico, pantalla de 8 pulgadas o cámara de visión trasera. El tope de gama es el Style, que tiene llantas de 19 pulgadas, faros Full LED, techo solar o tapicería de piel.
La gama de motores del Tucson también se ha actualizado para cumplir con la normativa actual. En diésel están presentes el 1.6 CRDI con 116 o con 136 CV, además del nuevo 2.0 CRDI de 186 CV, que lleva el sistema microhíbrido de 48 V. Por la parte de la gasolina aparecen el 1.6 GDI de 136 CV y el 1.6 T-GDI de 177 CV. Todos van ligados al cambio manual de seis velocidades y los más potentes pueden llevar la nueva transmisión automática DCT de siete marchas y también la tracción total.